Las ciudades se enfrentan a nuevos retos, difícilmente imaginables unos años atrás y que han puesto en solfa muchos axiomas e ideas que creíamos inquebrantables e inmutables. Es decir, nos han mostrado sus grandes debilidades de manera clara y la necesidad de un cambio en los sistemas de planificación urbana, pero también en cómo habitamos y nos relacionamos como personas dentro de una sociedad cada vez más compleja. La ciudadanía no puede permanecer impasible ante esta retadora situación y debe abanderar el cambio en los contenidos, prioridades y el diseño de nuestras ciudades.
La ciudad no es el problema, es la solución
Como dice Jaime Lerner: “la ciudad no es el problema, es la solución”, es decir la ciudad es el espacio de vida donde nos permite interaccionar y desarrollar nuestras actividades como seres humanos pero que son necesarios adaptarlos a las realidades cambiantes. La pandemia nos ha demostrado una vez más, la necesidad de modificar y corregir problemas que estaban ahí desde siempre pero que no éramos conscientes de su importancia y naturaleza, es el momento de convertir estas debilidades en retos y en oportunidades de futuro; es necesario buscar entre todos la solución de nuestras ciudades para hacerlas mejores y más resilientes a los cambios que se avecinan.
El Colegio de Aparejadores, ha abierto una oportunidad para generar un debate abierto entre técnicos de distinta procedencia e interés profesional y la sociedad, organizaciones, ONGs, administraciones y ciudadanos de la Provincia de Granada en cómo deben ser nuestras ciudades y su sistema de planificación urbano y territorial.
Creemos prioritario incrementar la resiliencia de las ciudades, rediseñar los espacios urbanos a los retos que se avecinan entre ellos el cambio climático y la contaminación atmosférica. Para aumentar nuestra resiliencia urbana debemos reducir el consumo energético, potenciar las energías verdes y/o renovable, potenciar el urbanismo verde .
Existe la posibilidad de reinventar nuestras ciudades
También, es necesario potenciar el transporte público y el verde (andar, bicicleta, patín etc) frente al uso del transporte privado. La movilidad entre territorios y ciudades, no puede seguir basándose en el uso del coche. La pandemia nos ha demostrado que es posible cambiar costumbres, métodos y formas de vida, en definitiva, debemos reinventar nuestras ciudades para hacerlas más habitables y agradables para vivir: la ciudad para los ciudadanos.
Esto que puede parecer una teoría más, es sin embargo una realidad: Nueva York cerró al tráfico 26 manzanas para permitir a los vecinos pasear por ellas ahora se están planteando cómo mantener estas zonas peatonales; Barcelona, Vitoria y Logroño han visto como se ha acelerado la naturalización de sus espacios favoreciendo la vegetación salvaje, la polinización de las abejas, la vuelta de especies de mariposas y pájaros etc., este cambio se quiere mantener a toda costa; Viena lleva décadas diseñando la ciudad desde un urbanismo feminista tema potenciado durante la pandemia sus espacios son más seguros, agradables y verdes; París es un ejemplo claro de cómo ha multiplicado los carriles bicis protegidos con elementos provisionales como jardineras y otros elementos sin obra pública, la pandemia ha servido a los Parisinos para hacer predominante el uso de la bicicleta.
Mis preguntas son sencillas: ¿Qué han hecho nuestros ayuntamientos para mejorar nuestras ciudades? ¿Por qué estos cambios solo ocurren en otros sitios? ¿Estamos secuestrados por el debate del poder-político? ¿Para cuándo las ciudades serán para los ciudadanos?
El debate está abierto, seguiremos hablando ¿te apuntas?
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